Hablemos de Género en el proceso de enseñanza y aprendizaje contemporáneo desde la perspectiva de la ARTivista y docente Susana Obando Morales

Redacción: Sofia Agreda. COMUNICATEC 2025
En un mundo globalizado, diverso y cada vez más exigente en términos de derechos humanos y justicia social, la educación superior enfrenta un reto fundamental: formar profesionales capaces de leer críticamente la realidad, con sensibilidad hacia las desigualdades estructurales, entre ellas, las de género. La Lic. Susana Obando Morales aborda esta urgencia con resultados que son una radiografía nítida de los avances, obstáculos y potencialidades de una transformación educativa pendiente.
Hallazgos que interpelan y propuestas concretas
Uno de los datos más reveladores indica que si bien una abrumadora mayoría del cuerpo docente —un 87%— reconoce la importancia de incorporar la perspectiva de género en su práctica profesional, apenas una fracción, el 22%, afirma integrarla de forma consistente en sus programas y metodologías de enseñanza. Esta disonancia pone de relieve un vacío entre el compromiso teórico y la praxis cotidiana en las aulas universitarias.
Entre los principales obstáculos identificados se encuentran la ausencia de formación pedagógica con enfoque de género, la rigidez de los currículos institucionales que dificultan su transversalización, y la persistencia de patrones socioculturales arraigados que perpetúan sesgos y resistencias dentro del espacio académico. No obstante, la investigación también documenta experiencias valiosas, como el uso sistemático del lenguaje inclusivo, la selección consciente de bibliografía con representaciones diversas y la creación de espacios de diálogo donde los estudiantes pueden reflexionar críticamente sobre los estereotipos y roles de género.
Desde un enfoque interdisciplinario, la autora articula sus hallazgos con los postulados de Paulo Freire y bell hooks, dos referentes clave de la pedagogía crítica y feminista. Ambos coinciden en que educar es un acto profundamente político, donde el aula debe constituirse como un espacio liberador y transformador. Obando sostiene que incorporar la perspectiva de género no implica simplemente añadir contenidos nuevos, sino reformular las estructuras del pensamiento docente, reconociendo al estudiantado como sujeto activo en la construcción del conocimiento.
Como resultado de su análisis, la investigación propone la consolidación de una formación docente continua que no solo sensibilice, sino que dote a los profesionales de herramientas concretas para aplicar el enfoque de género en sus asignaturas. Sugiere también una revisión curricular integral que permita incorporar esta perspectiva de forma transversal, promoviendo la equidad desde el diseño mismo de los programas educativos. Además, resalta la urgencia de construir políticas institucionales claras que respalden este compromiso, así como la creación de comunidades de práctica dentro de las universidades, donde docentes y estudiantes puedan intercambiar experiencias, materiales y estrategias que fomenten una educación más justa e inclusiva.
Una invitación al cambio desde las aulas
"Este estudio es un llamado urgente: incorporar la perspectiva de género en la universidad no es solo justicia social, es una forma de enriquecer el conocimiento y preparar profesionales íntegros para los retos del siglo XXI", sostiene Obando, convencida de que el cambio en la educación comienza con una reflexión honesta desde dentro de las aulas.
Esta investigación no solo abre una ventana crítica sobre las prácticas educativas actuales, sino que también traza un horizonte de posibilidades transformadoras. Al visibilizar tanto las barreras como las experiencias inspiradoras dentro del aula universitaria, este estudio invita a repensar el rol de la docencia en la construcción de sociedades más equitativas. En un siglo XXI marcado por la complejidad y la demanda de nuevas miradas, apostar por una educación con perspectiva de género ya no es una opción: es una necesidad impostergable.